El dolor de cabeza de la ortografía
¿Se ha preguntado qué hace que una persona escriba sin faltas de ortografía mientras que otra parece esmerada en incurrir en todas las posibles (y aun en las que no se le han ocurrido a nadie)? A mí, por lo menos, me ha tocado encontrar un "llo" y una "eya", así como todas las versiones posibles para "hay" (ay, ai, ahy, hai, etc.).
Pues bien, en las entradas siguientes, trataremos de entregar alguna ayuda a las personas que saben que tienen faltas de ortografía, que han tratado de mejorar y no han podido. Como dice el profesor Gabarró, estrategias simples y útiles para personas de 8 a 99 años (porque si ya cumplió los 100, olvídese; tiene cosas más importantes de que preocuparse).
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